Los tentáculos de la corrupción de Venezuela se enredan en el Gobierno de Cristina Kirchner
La sombra de la corrupción entre Venezuela y Argentina se extiende sobre el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner. La actual presidenta inauguró su gestión, el 10 de diciembre del 2007, con el escándalo de «la valija del millón del dólares» (en realidad eran ochocientos mil) y a la luz de las últimas denuncias, parece que lo va a terminar, en el 2011, con muchos más casos en la Justicia vinculados a su turbulenta relación con Hugo Chávez.
Primero fue el caso Antonini Wilson, el arrepentido que confesó en un juicio en Miami que «la valija» de dinero que introdujo en Argentina -sin declarar-, era para financiar la campaña de Cristina Fernández con fondos de Hugo Chávez y ahora es el ex embajador argentino en Caracas, Eduardo Sadous, el que señala con el dedo acusador una red de «sobornos» tejida entre ambos Gobiernos.
Sadous, al frente de la Legación diplomática entre el 2002 y el 2005, dio a conocer hace unos días que fue apartado de la misión tras advertir la existencia de una trama organizada que obligaba a los empresarios a pagar «entre un 15 y un 20 por ciento» de sobornos para poder invertir o exportar maquinaria agrícola en Venezuela. Las declaraciones del diplomático, que citaba con nombre y apellido a algunos inversores perjudicados, cayeron como una bomba en el Gobierno. El Ministro de Asuntos Exteriores, Jorge Taiana y otros altos funcionarios, desmintieron las acusaciones al tiempo que un empresario citado aseguraba desconocer el tema y negaba haber pagado «coimas», término popular para referirse a los cohechos o dádivas. Sin embargo, el diplomático se ratificó judicialmente.
Estallada la bomba, desde el arco opositor se reflotan denuncias y se justifica las desmentidas del empresario aludidos por temor a recibir represalias. El senador justicialista Cordobés, Luis Juez, intervino en el escándalo para dar muestras de que «los peajes» entre Caracas y Buenos Aires existieron y existen: «El director de la empresa Pauny, José María López, me dijo en el 2005 que estaba horrorizado por el retorno (soborno) que tenía que pagar para vender tractores a Venezuela», asegura. Juez, en declaraciones públicas, acusó, como Sadous, al actual ministro de Planificación, Julio De Vido, de «montar una especie de unidad de negocios junto a la Cancillería venezolana para cobrar retornos del 30 por ciento». De Vido se defendió: «Es una infamia, una calumnia», dijo. Igual que al diplomático a Juez le rebatió ayer la empresa Pauny con un escueto comunicado donde asegura que «se ve en la obligación de desmentir categóricamente las expresiones vertidas».
En la polémica ya había intervenido la diputada Elisa Carrió (Coalición Cívica) que, una vez más, volvió a señalar al ministro De Vido como «el cajero» del matrimonio Kirchner. La legisladora garantizó: «El dinero de las coimas que pagaban las empresas para vender a Venezuela iba directamente a Néstor Kirchner».
Con el escándalo en un Tribunal Federal y los denunciantes sin dar marcha atrás en sus acusaciones, la prensa daba ayer nuevos detalles sobre las «peajes» argentino-venezolanos. Clarín involucraba en los pagos irregulares a una empresa de Miami, Palmat international, y en páginas interiores, como en la mayoría de los periódicos, volvían a reflotar los nombres de los funcionarios argentinos –todos subordinados de De Vido- que cayeron cuando la «valija» de Antonini y Hugo Chávez fue interceptada en Buenos Aires.
En este contexto vale recordar que Eduardo Sadous salió de la Embajada de Caracas tras denunciar la desaparición de 67 millones de euros de un fideicomiso argentino para invertir en Venezuela. Posteriormente los fondos fueron localizados pero, según la hipótesis más desconfiada, entretanto se utilizaron para comprar divisas en el mercado paralelo de Venezuela. De ser así, los beneficios no bajarían de los diez millones de euros.
Fuente: Los tentáculos de la corrupción de Venezuela se enredan en el Gobierno de Cristina Kirchner - ABC.es - 27/04/10
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Coalicion Civica ARI
Se lanzó un nuevo partido político moderno: Coalición Cívica-ARI, que está camino a terminar con el bipartidismo (aquel radical-peronista) en la Argentina, y a posicionarse, para ser así la tercera opción, la gran "tercera fuerza nacional" que nescesitamos todos.
Lo que fue la presentación:
Carrió reapareció con nuevo partido y dardos para Cobos - La Nación - 03/10/09
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