-Durante un seminario sobre Medios de Comunicación Audiovisual:
Principales definiciones de la Senadora María Eugenia Estenssoro en el cierre del evento.
"En este seminario ha quedado en claro la importancia fundamental de la autoridad de aplicación al analizar cualquier ley de medios o radiodifusión. Es el corazón de cualquier legislación de medios.
Podemos tener la mejor ley, pero si el órgano de aplicación y control no es independiente, transparente y muy profesional nada impedirá que esa ley de radiodifusión se convierta en letra muerta. O, en última instancia, en una herramienta pensada para castigar a medios críticos, favorecer a los leales y crear nuevos medios dependientes del gobierno.
Para evaluar la calidad y el propósito de una ley de medios audiovisuales es fundamental analizar cómo está constituido y de quién depende el órgano de aplicación.
En mi opinión una buena Autoridad de Aplicación debe cumplir con los siguientes requisitos:
Ser un organismo de Estado y no de gobierno, para que no dependa del poder político en sus decisiones.
Un organismo independiente y profesional. Sus miembros deben ser elegidos por su idoneidad y conocimiento del sector, y no por su color político. Pueden ser designados conjuntamente por el Congreso y el Ejecutivo, pero deben ser personas con trayectoria indiscutida en el área de la comunicación, que puedan, dado su prestigio, mantener la mayor independencia y ecuanimidad tanto de presiones políticas como empresariales.
Que sus mandatos no coincidan con el mandato presidencial, para que no sean funcionarios de un gobierno sino del Estado Que tenga representación federal con voz y voto.
Que incluya representación de los distintos actores de la comunicación, con voz y voto.
Que sean seleccionados mediante audiencias públicas: eso implica la publicación de la nómina de candidatos y sus antecedentes por la prensa e Internet; con un período abierto a las observaciones por parte de la sociedad civil, antes de su confirmación.
El proceso de discusión y sanción de estas leyes debe ser el resultado de un Diálogo Abierto, Plural, Honesto y Democrático en el Parlamento.
Este diálogo debe incluir a todos los proyectos con estado parlamentario y a todos los actores políticos, empresariales, profesionales y sociales. Sólo así la legislación que surja de un debate honesto, informado y representativo, será una legislación de consenso, una Política de Estado sustentable y legítima, que brinde previsibilidad y garantías a todos:
en primer lugar al ciudadano, ¿se acuerdan?, porque de lo que se trata es de garantizar su derecho de todo ciudadano a contar con información libre, plural y veraz, y a expresarse libremente.
en segundo lugar a los periodistas, y no digo a los periodistas independientes o la prensa independiente, porque sería una tautología, ya que los periodistas y la prensa por definición deben ser independientes. El marco regulatorio les tiene que dar las mayores garantías de que los gobiernos no van a censurarlos o obligarlos a la autocensura, y su jefes tampoco.
Finalmente, el marco regulatorio de los medios de comunicación también debe proteger los derechos de las empresas, los licenciatarios, para que puedan cumplir con el rol social.
Y finalmente, esta legislación debe garantizar que el debate público que se da a través de los medios, tanto privados como estatales, sea un debate plural, honesto y veraz, que consolide los valores democráticos.
Los tiempos de este dialogo, cuando hay voluntad política, deben ser los tiempos que el propio debate amerite, ni más ni menos. Eso sí: ni los 26 años que viene durando en Argentina sin empezar, ni unas pocas semanas a toda velocidad para evitar una discusión informada, plural, honesta y seria".
.
.
.