Las 48 cervezas de MarconatoPor Alfonso Prat Gay. Diputado Nacional, Coalición Cívica de la Ciudad de Buenos Aires.
Hace un mes compartía con ustedes una nota llamada “Otra vez sopa” comentando una ampliación presupuestaria de $ 30.269 millones por vía de Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU). Hoy hay un nuevo DNU por otros $10.128 millones, que se suma a otra ampliación presupuestaria anunciada exactamente una semana atrás (entonces por $5.500 millones).
Entre DNUs y superpoderes – sí, todavía existen los superpoderes a pesar de la media sanción de Diputados derogándolos – el gobierno acumula $65.000 millones de gastos aprobados por fuera del control del Congreso de la Nación, el 24% del presupuesto 2010 aprobado en un trámite exprés a fin del año pasado.
¿Para qué tomarse el trabajo de negociar con la oposición un presupuesto, para colmo en minoría, si al final el gobierno puede hacer lo que se le da la gana con superpoderes o DNUs? Ni aunque quisiera la oposición puede ponerle palos en la rueda a un gobierno que, sin escrúpulos ni modos republicanos, se vale de la mentira (la subestimación de la inflación) para poder gastar sin control.
Ya el 21 de Abril de este año la Cámara de Diputados le hizo ver al Poder Ejecutivo que su presupuesto no era realista y resolvió exigirle que mandara uno nuevo. Meses más tarde, en la reunión de Presupuesto y Hacienda del 21 de Octubre, aprobamos el dictamen de un proyecto de ley de mi autoría junto con Ricardo Gil Lavedra que disponía que los excedentes presupuestarios del ejercicio 2010 – que el gobierno se empecinaba en no reconocer – se destinaran a financiar el 82% móvil para los jubilados y un incremento de la asignación por hijo. El FPV argumentaba que no existían esos excedentes y que había que moverse con cautela: seguramente ellos no hacen las compras y creen en el INDEC. Mi amigo Gustavo Marconato, presidente de la Comisión cuestionó nuestra estimación de $48.000 millones de recursos excedentes. Para ponerle fin a un diálogo de sordos (quienes creemos en los precios que pagamos hablamos otro lenguaje que quienes creen en los del INDEC) lo desafié a una apuesta: si el año fiscal cerraba con recursos excedentes por más de $48.000 millones, entonces él pagaba una cerveza a cada miembro de la comisión – 48 cervezas, una por cada $1.000 millones de error de cálculo de Boudou. De lo contrario, la obligación era mía.
Marconato deberá pagar esas 48 cervezas: un costo de aproximadamente $250, si vamos con la medida prudente de un litro. Pobre Marconato! Si la apuesta hubiera tenido lugar cuando de verdad no había inflación, cuando quien suscribe estaba a cargo del Banco Central, saldar la apuesta le hubiera costado menos de $90. Antes le alcanzaba con un billete de $100; hoy necesita dos y medio. ¿Será por eso que Marcó del Pont no se dio cuenta que los argentinos se iban a quedar sin billetes?
Marcó del Pont seguramente tendrá efectivo para atravesar tranquila las fiestas. Y el presupuesto de Marconato seguro que aguanta $250. Ojalá la inflación que provoca la primera afectara solamente el bolsillo de Marconato. Con este juego pierden todos y, muy a pesar de los descubrimientos de Boudou, pierden más los que menos tienen. Gana, y mucho, uno sólo: el gobierno que tiene decenas de miles de millones más para gastar por fuera del presupuesto.
¿Alguien cree todavía que al gobierno le cambia tener o no un presupuesto? Feliz Día de los Inocentes!
Fuente: Las 48 cervezas de Marconato - Prensa CC - 27/12/10.
