Apostó y... ¿perdió?
Así como muchos apuestan y ganan, al vicepresidente del Instituto de Lotería y Casinos bonaerense, Néstor Cotignola, puede ocurrirle lo contrario. Más aún, a juzgar por la erosión que ha sufrido su imagen, no es descabellado arriesgar que en algo ya perdió.
Veamos. Según datos oficiales, el hombre fue uno de los cinco mayores aportantes que tuvo el Frente para la Victoria (FpV) durante la última campaña electoral. Apostó por Néstor y lo hizo fuerte: 140 mil pesos (en blanco). Sólo que no reparó en una cuestión que se revelaría como “no menor”: semejante suma no se correspondía con sus ingresos de 5 mil pesos mensuales, y comenzó a ser investigado por la Justicia.
Así como muchos apuestan y ganan, al vicepresidente del Instituto de Lotería y Casinos bonaerense, Néstor Cotignola, puede ocurrirle lo contrario. Más aún, a juzgar por la erosión que ha sufrido su imagen, no es descabellado arriesgar que en algo ya perdió.
Veamos. Según datos oficiales, el hombre fue uno de los cinco mayores aportantes que tuvo el Frente para la Victoria (FpV) durante la última campaña electoral. Apostó por Néstor y lo hizo fuerte: 140 mil pesos (en blanco). Sólo que no reparó en una cuestión que se revelaría como “no menor”: semejante suma no se correspondía con sus ingresos de 5 mil pesos mensuales, y comenzó a ser investigado por la Justicia.
Hasta aquí lo que se sabía, lo nuevo es que la Legislatura bonaerense también se interesó en su jugada y entró a tallar en la cuestión. Tanto que durante la sesión del martes último, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto de solicitud de informes sobre la existencia de una denuncia penal contra del funcionario.
La iniciativa -a la que tendrá que responder la gestión Scioli- fue presentada por Maricel Etchecoin Moro, legisladora de la Coalición Cívica y oriunda de Ameghino.
La denuncia penal existe y cobró estado público a raíz de su publicación en Hoy. Primero recayó en la fiscalía nº 11, y después saltó a la nº 8. Ahí ocurrió algo bastante singular: aunque el expediente recién comenzaba a rodar, se presentó una abogada defensora y pidió su archivo definitivo, algo así como un “no va más” (apresurado)
La causa es por presunto enriquecimiento ilícito, y en las oficinas de cierto organismo público bromean con aquello de los sueños: “Habrá que jugarle al 44”, dicen. La gente es cruel y comenta, pero a esta altura del debate es prematuro apostarle a la cárcel.
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