El laberinto político
Detrás de los escándalos y las peleas por TV
En los últimos días, la política circuló por vericuetos impensados y el poder de las cámaras fue determinante.
Hace exactamente una semana, Ricardo Jaime, tal vez uno de los hombres más herméticos que registre la historia del kirchnerismo, convocó a una conferencia de prensa. Intentó reservarse el derecho de admisión. No pudo. Cuando se sentó ante el micrófono estaba cara a cara con los medios que había invitado y con los que no. Dijo lo que quería decir y se fue. No contestó una sola pregunta sobre su supuesto enriquecimiento ilícito. La exposición, ya no conferencia sino monólogo, se convirtió en un montaje para denunciar una persecución mediática.
La puesta en escena casi teatral incluyó la lectura de una serie de mails, supuestamente intercambiados entre un periodista de Clarín y uno de sus ex yernos, mensajes que, según él, prueban la maniobra. Todo un guión (con uno de los protagonistas presente en la sala) que Jaime no mostró a ninguno de los mudos espectadores. Tras meses de evitar a los medios, no habló de lo que debía hablar y se encargó de llevar la discusión a un plano acusaciones y escándalos. Cinco días más tarde, la Justicia lo procesó por la sospecha de que recibió dádivas de empresarios a los que debía controlar, en otra de las causas que revisa su paso por la función pública. La contundencia de un fallo judicial pudo más.
El caso del supuesto espionaje en el Ministerio de Economía fue seguido como una novela policial y otra conferencia de prensa escapó de los formatos convencionales.
Amado Boudou ofició de presentador ante las cámaras de un video tomado en los pasillos del ministerio. En las imágenes, un colaborador de Claudio Lozano aparece entrando en un despacho en el que horas después fue detenido, acusado de estar haciendo espionaje. La denuncia es grave y habrá que esperar que la estudie la Justicia.
"Es una pavada", se limitó a contestar el ministro cuando le preguntaron por el vínculo que Lozano había trazado entre el escándalo del espionaje y sus denuncias sobre la supuesta relación entre Boudou y la consultora financiera Arcadia, que interviene en el canje de deuda.
Tampoco Lozano dio detalles de la supuesta conexión. Ni convirtió sus acusaciones mediáticas en una denuncia que pueda evaluar un juez. Sí presentó un pedido de informes en la Cámara de Diputados. Pero, más allá del grado de judicialización del tema, el impacto de las imágenes, el peculiar poder del escándalo y la seguidilla de acusaciones que se tejió en los días siguientes ayudaron a correr el debate sobre la transparencia del canje, hasta desdibujarlo.
Dos ministros, una noche. Privilegiar las luces y el maquillaje de los estudios de TV puede ser un arma de doble filo. Y, si no, que le pregunten a Aníbal Fernández. El lunes a la noche llegó al estudio de Roberto Pettinato munido con su clásico arsenal de frases rápidas y picantes. Después de proclamarse fan del programa se acomodó en el sillón del invitado dispuesto a disfrutar de una charla amena y sin mayores obstáculos (más allá de alguna salida irónica de esas que el ex Sumo maneja a la perfección). No habían pasado ni 10 minutos cuando se encontró tratando de refutar a la modelo Amalia Granata. La panelista describió al Gobierno como un caballo con anteojeras y hasta sugirió que si la reacción que estaba teniendo ante el jefe de Gabinete provocaba alguna forma de censura, la administración de Cristina Kirchner "estaría demostrando que es una dictadura".
"Me impresiona el tiempo que te tomás para discutir con Granata", le dijo a Fernández un Pettinato visiblemente incómodo. Claro, tratar de revertir el enojo sin freno de Granata es más fácil y decididamente menos costoso que, por ejemplo, informar al Congreso sobre la gestión de gobierno, una obligación que la Constitución le impone al jefe de Gabinete y que debería cumplir una vez por mes alternativamente en ambas cámaras. Fernández hizo su última presentación en el Senado en septiembre pasado y en Diputados dos meses más tarde.
"Es rocker, economista, buen jugador de golf. En los 80 fue discjockey, hoy enfrenta nuestro Verdadero o falso" . Después de la simpática presentación, Boudou entró en el estudio de Duro de domar y tras un cálido "Compañero, ¿cómo anda?" del periodista Daniel Tognetti habló de (casi) todo: de la fiesta de cumpleaños de su novia (que en simultáneo participaba casi sin hablar de la movida entrevista a Fernández), de si le gustaba o no una de las panelistas del programa, de su transformación ideológica "inversa" del conservadurismo al peronismo K "a fondo", de la cantidad de veces que la Presidenta lo llama por teléfono en un día, de la vez que se cayó de una moto con Sergio Massa y de sus conocimientos musicales. También tuvo tiempo para reflotar la teoría oficial de que la inflación es "un tema que quieren instalar para fomentar el ajuste" y de que el Indec es creíble.
Escándalos, denuncias de espionaje y peleas mediáticas sin vuelo...nada que alcance para ocultar la realidad. Al menos, no del todo.
Fuente: Detrás de los escándalos y las peleas por TV - La Nación - 23/04/10
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25/4/10
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Coalicion Civica ARI
Se lanzó un nuevo partido político moderno: Coalición Cívica-ARI, que está camino a terminar con el bipartidismo (aquel radical-peronista) en la Argentina, y a posicionarse, para ser así la tercera opción, la gran "tercera fuerza nacional" que nescesitamos todos.
Lo que fue la presentación:
Carrió reapareció con nuevo partido y dardos para Cobos - La Nación - 03/10/09
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